El avance de la Inteligencia Artificial ofrece herramientas que sin haber sido desarrolladas de forma expresa para el sector educativo han encontrado aplicación en la formación y el aprendizaje y se han convertido en aplicaciones muy útiles en el aula. Es el caso del subtitulado de los videos o de la traducción de un texto a voz.

La aplicación de la Inteligencia Artificial en el aula tiene múltiples aplicaciones en la actualidad y se verán ampliadas presumiblemente en el futuro. Son categorías o áreas que están relacionadas. Veamos algunos ámbitos educativos en los que se puede expandir la inteligencia artificial:

• En la gestión de la educación, a través de sistemas que automatizan la gestión. Es el caso de chatbots que proporcionan información o son capaces de responder preguntas y retroalimentar una conversación.
• En la enseñanza y aprendizaje del alumnado y en su evaluación. Por ejemplo, los sistemas de tutoría inteligente que incluyen algunas plataformas de aprendizaje online, o las aplicaciones para aprender idiomas con apoyo de la IA, a través de la lectura con voz de textos en el idioma que se está aprendiendo.
• En el auxilio de la labor de los docentes. Hay asistentes basados en la IA que ayudan a corregir exámenes de respuesta cerrada.
• En la posibilidad de personalizar la enseñanza y el aprendizaje del alumnado. La Inteligencia Artificial permite que el alumno cuente con un espacio en el que está asistido de forma permanente en la resolución de dudas, en la orientación de la formación o donde se ofrece información sobre el progreso del aprendizaje.

Por parte de la profesión docente, se incluye ya en el marco de referencia sobre la competencia digital docente la necesidad de que los profesores desarrollen habilidades basadas en el uso de la inteligencia artificial. En este documento se indica que los docentes deben conocer cómo funcionan las distintas herramientas, en qué marco normativo se insertan, qué implicaciones en el terreno de la ética y de la pedagogía tiene y cuáles son las formas más apropiadas de usarla.

El proceso de inclusión de los instrumentos de Inteligencia Artificial en el ámbito educativo también platea una serie de retos y limitaciones que deben abordarse.

Como cualquier herramienta nueva, disruptiva, que altera las formas de aprendizaje, la Inteligencia Artificial puede ser una gran desconocida para los docentes y para que los alumnos puedan exprimir. Es imprescindible, para que el uso sea provechoso, que estas herramientas se conozcan en profundidad para usarlas de forma correcta, con criterio, con responsabilidad.

Es el caso de una de las herramientas más conocidas de Inteligencia Artificial: ChatGPT. Los usos de la novedosa herramienta son múltiples, para docentes y alumnos, pero requiere un uso adecuado y ético para no revertir la verdadera función de la educación y para no mermar el espíritu crítico y reflexivo del alumnado. Si quieres saber en qué consiste ChatGPT, en este artículo del blog de Bilib te contamos mucho más: Descubre qué es y cómo usar Chat GPT, la tecnología que va a revolucionar el mundo.

En este sentido, desde la Comisión Europea se ha publicado el documento Directrices éticas sobre el uso de la inteligencia artificial (IA) y los datos en la educación y formación para los educadores. En este documento, destinado a docentes, se definen conceptos relacionados con la inteligencia artificial, se ofrece asesoramiento y casos prácticos de aplicación de estas herramientas en la educación.

La aplicación de las herramientas basadas en la Inteligencia Artificial puede alterar la función más romántica o primaria de los profesores. De esta forma, los equipos docentes pueden pasar a no tener la hegemonía del conocimiento y podrían pasar a tener un perfil de facilitador o de mediador.

Otro reto al que se enfrenta la educación en la implantación de la Inteligencia Artificial en el aula es el de la brecha digital. Se debe garantizar la igualdad en el acceso a las herramientas de IA y que las oportunidades en el uso y el conocimiento de las mismas sean igualitarias. El alumnado debe poder conocer y aprender las habilidades derivadas del uso de la Inteligencia Artificial sin distinciones.

Como en cualquier ámbito o sector, la Inteligencia Artificial en la educación automatiza y simplifica el proceso educativo, reduce los tiempos, mejora la operatividad y hace que el aprendizaje obtenga mejores resultados en los alumnos. Veamos algunas formas presentes y futuras de aplicación de la Inteligencia Artificial en el aula.

Como apuntábamos, la Inteligencia Artificial hace posible la atención al alumnado de forma virtual a través de chats. Permite dar solución a problemas reiterativos que plantean los alumnos y además abordar tareas recurrentes. Esto permite que los tiempos se reduzcan y que el modelo de educación y de transmisión de conocimiento de los docentes a los alumnos sea mucho más eficiente.

La Inteligencia Artificial supone para los profesores una forma de aprendizaje continuo, de forma que puedan mejorar sus competencias digitales y sus habilidades docentes de forma permanente. La educación y los recursos y herramientas de las que disponen los docentes evolucionan a gran velocidad, por lo que estar permanentemente al día de estos avances puede suponer un verdadero reto para los profesionales de la educación. La inteligencia artificial hace posible esta actualización de los docentes.

Si no se actualiza y se adecúa a los nuevos temas de interés del sector, la educación puede quedarse atrás. Las temáticas de estudio deben actualizarse de forma permanente y en esta tarea la Inteligencia Artificial puede ser útil.

Permite llegar a aquellos temas de especial relevancia para el alumnado y localizar esos ámbitos en los que necesita reforzar.

Una de las premisas de la educación es que cada alumnado aprende a su ritmo y cuenta con habilidades diferentes que hacen que su forma de aprender lleve velocidades distintas al resto. Cada alumno es único, por lo que adaptar el aprendizaje a cada uno es imprescindible. En esta tarea tiene mucho que aportar la inteligencia artificial, capaz de generar un proceso educativo y unos recursos adaptados a cada alumno, según se ritmo y sus necesidades.

Así, se pueden crear procesos personalizados y accesibles a aquellos alumnos que tengan realidades distintas y ritmos diferentes.

La inteligencia artificial puede mejorar los tiempos con aplicaciones capaces de corregir y evaluar el trabajo del alumnado, lo que reduce los tiempos y mejora la eficacia de la evaluación. Además, permite saber con mayor exactitud cómo es y cómo se comporta cada alumno en el proceso de aprendizaje, para de esta forma aplicar una evaluación basada en su trabajo individual.

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