Los monitores de los Puntos de Inclusión Digital ayudamos a reducir la brecha digital que afecta a distintos colectivos, a los que ayudamos a integrarse digitalmente.

María Teresa Quílez, monitora-dinamizadora del Punto de Inclusión Digital de Tarazona de la Mancha (Albacete)

María Teresa Quílez, Técnico Auxiliar de Biblioteca en Tarazona de la Mancha (Albacete) es la figura clave detrás del dinamismo y la inclusión digital en su comunidad. Desde 2007, lidera el Punto de Inclusión Digital, ubicado en la Biblioteca Pública Municipal, donde desempeña un papel fundamental en la capacitación de personas de todas las edades y perfiles en el uso de la tecnología. Con un enfoque inclusivo y una amplia variedad de actividades, María Teresa se ha convertido en un pilar fundamental para la adquisición de competencias digitales en su localidad.

En esta entrevista repasa cómo han ido evolucionando las demandas y las necesidades de los diferentes colectivos que se acercan al Punto de Inclusión Digital y qué papel desempeña en la reducción de la brecha digital y en el desarrollo de las competencias digitales de los vecinos de Tarazona.

 

En primer lugar, haznos una presentación. Cuéntanos quién es, cuál es tu función en el Punto de Inclusión Digital, cuánto tiempo llevas trabajando y cómo llegaste hasta aquí.

Soy Mª Teresa Quílez, trabajo como Técnico Auxiliar de Biblioteca en la Biblioteca Pública Municipal de Tarazona de la Mancha y estudié Humanidades.

Empecé a trabajar aquí en el año 2007, desde entonces soy responsable de la Sala Infantil y del Punto de Inclusión Digital ubicados en la planta baja del edificio.

Como responsable del PID de tu localidad, cómo es tu día a día y tu trato con quienes acuden al Punto de Inclusión Digital teniendo en cuenta que los perfiles de los vecinos son distintos.

Cada día es diferente, ya que depende del usuario al que tenga que atender, porque pueden venir desde personas en búsqueda de empleo, estudiantes a buscar información o realizar algún trabajo, personas con discapacidad con muchas ganas de aprender o niños y jóvenes en riesgo de exclusión social, que tienen la Sala como un punto de encuentro donde se reúnen a jugar.

También vienen inmigrantes, en busca de ayuda para las diferentes gestiones que tienen que realizar a través de la red.

¿Qué actividades de todas las que organizáis son las que más éxito tienen entre los vecinos de la localidad?

Las actividades que más éxito han tenido son las organizadas en colaboración con el Centro Joven, destinadas al público juvenil y realizadas por Bilib.

Las organizadas en colaboración con los Servicios Sociales, destinadas a mujeres desempleadas o desfavorecidas socialmente y sin formación, que les ayuda a conseguir una mayor autonomía.

Por último, el Taller de Lectura y Nuevas Tecnologías, organizado en colaboración con la Universidad Popular y destinado al grupo de capacidades diferentes del municipio, que les ayuda a adquirir nuevas competencias y que favorece su inclusión en la localidad.

¿Qué tipo de contenidos formativos y actividades demandan más en la actualidad quienes acuden al PID de tu localidad?

Pues hemos notado un cambio, ya que ahora es la tercera edad la que nos está pidiendo formación en cuanto al uso de los teléfonos móviles; de hecho, estamos organizando un curso en colaboración con la Asociación de Jubilados y los miembros de los clubes de lectura de adultos para junio, que será impartido por Ciudadanía Digital.

¿Cómo son las personas que acuden al Punto de Inclusión Digital de su localidad?

Al encontrarse dentro de la Sala Infantil y Juvenil de la biblioteca, nos encontramos con un gran número de jóvenes y niños, pero también nos podemos encontrar a adultos, principalmente inmigrantes, amas de casa, jubilados, grupos asociativos, discapacitados...

Llevas muchos años vinculada a este PID y conoces el comportamiento y las necesidades formativas del alumnado, ¿cómo ha sido la evolución de esas necesidades y demandas formativas de los alumnos a lo largo de los años?

En los primeros años, eran muy pocas las personas que tenían ordenador o internet en sus casas; por lo que había una gran demanda en el uso de ordenadores y era necesario pedir hora, para poder usarlos. Por suerte, poco a poco esto ha ido cambiando y ahora son muchos los usuarios que llegan con sus propios dispositivos.

Antes los adultos o niños disponían de una hora al día, y actualmente, si hay ordenadores disponibles, pueden utilizarlos más tiempo.

Los equipos también han cambiado, antes utilizábamos PCs con Windows XP o MoLinux y hoy en día, trabajamos con Chromebox y Office on line.

Las demandas formativas, también han cambiado, al principio se limitaban al Office, como mucho Word o PowerPoint, y actualmente buscan formación en herramientas como Canva, CapCut o redes sociales como Instagram, Facebook, WhatsApp…

¿Cómo crees que tu labor ha ayudado a formarse a las personas que acuden al Punto de Inclusión Digital?

Pues creo que ha ayudado a que adquieran competencias digitales. Como ya he comentado, al estar situada la sala dentro de la Sala Infantil y Juvenil, nos visitan muchos niños y jóvenes que necesitan ayuda para realizar trabajos o buscar información y es en esos momentos  donde nos damos cuenta de que muchos no saben buscar información y tampoco saben diferenciar la correcta de la falsa; de ahí, la importancia de nuestro asesoramiento para enseñarles a buscar en páginas fiables y alejarles de las páginas que contienen fakenews.

¿Cómo crees que las actividades del PID y tu propia labor como dinamizadora ha contribuido a mejorar la vida y el conocimiento digital de las personas que acuden al PID?

Actualmente, hay una gran brecha digital y considero que los monitores de los Puntos de Inclusión Digital, ayudamos a que esta brecha sea más pequeña y que personas de la tercera edad, inmigrantes, niños y jóvenes sin formación, se encuentren más integradas y menos perdidas en la Sociedad de la Información.

Puesto que, al ser tan rápidos los avances tecnológicos, muchas personas no llegan a ponerse al día de los conocimientos y gracias a nuestras actividades formativas, conseguimos que estas personas no se queden por el camino.

¿Cuáles son las principales necesidades que presenta el alumnado y en las que se debería incidir en las formaciones?

Entre los usuarios infantiles y juveniles, hace falta formación básica, como es aprender a manejar Word, PowerPoint… hacer una cuenta de correo electrónico, guardar información en un dispositivo electrónico, mandar un correo… Porque, aunque usan mucho el ordenador o el móvil, lo utilizan para jugar y a la hora de hacer un trabajo piden ayuda para poder realizarlo y como ya he señalado, también necesitan saber buscar información fiable.

En cuanto a los adultos, necesitan más formación para realizar trámites administrativos y el uso de los teléfonos móviles.

¿Qué formaciones son las más demandadas entre el vecindario de tu localidad y por qué?

Depende del tipo de usuario, los niños y jóvenes quieren formación en actividades de ocio y tiempo libre, como YouTube, redes sociales, juegos… Aunque lo que más necesiten sean conocimientos de informática básica, pero nos encontramos con el problema de que al no poder instalar nada en los Chromebox, tenemos que trabajar con las herramientas de la nube y para ellos es más difícil.

Los cursos sobre búsqueda de empleo en colaboración con el ADL (Agente de Desarrollo Local) también son demandados, debido a la alta tasa de desempleo que hay en el municipio.

Y como anteriormente he mencionado, la Asociación de Jubilados y los miembros de los tres clubes de lectura de adultos están interesados en realizar cursos sobre el manejo de los teléfonos móviles.

Las actividades del PID de tu localidad suelen reunir a mucho público y gozan de éxito, ¿cuál es el secreto?

La colaboración. La biblioteca es muy activa y desde la dirección siempre se ha tenido una buena coordinación con los centros educativos, Centro Joven, Ludoteca, Universidad Popular, Servicios Sociales, Asociaciones….

Desde la biblioteca consideramos que la unión hace la fuerza, por lo que estamos en continuo contacto con los diferentes responsables de las asociaciones, instituciones, usuarios… para saber qué es lo que necesitan y poder ofrecérselo.

 

¿Cómo de importante consideras que es la digitalización y el desarrollo de competencias digitales en tu localidad?

Es muy importante, pues la mayoría de trámites administrativos se pueden realizar a través de las sedes electrónicas de los diferentes organismos, y esto facilita que los habitantes del municipio no se tengan que desplazar para realizar estos trámites. El problema es la gente sin formación que no puede realizarlos, de ahí, el valor de los monitores de los Puntos de Inclusión Digital a la hora de ayudar a estas personas.

En cuanto a los centros educativos, el colegio cuenta con el Programa Carmenta, que es un programa de digitalización de las aulas, donde niños y profesores trabajan a través de tabletas.

¿Qué habilidades o qué competencias debe tener un monitor de un PID para trabajar con personas jóvenes y con personas mayores?

Un monitor de un PID tiene que tener competencias digitales (estar formándose continuamente) y habilidades sociales, siendo muy importantes la empatía y sobre todo la paciencia.

En tu trayectoria, has tenido la oportunidad de tratar con decenas de alumnos. ¿Podría indicarnos algún caso que te haya resultado especialmente sorprendente y del que te sientas orgullosa?

Pues hay varios casos, el de una niña que el primer día que vino no sabía ni manejar el ratón, en su casa no tenía ordenador y los trabajos del colegio y del instituto los tenía que hacer en el que entonces era el Centro de Internet. Ahora está estudiando medicina.

Otro niño que empezó a venir a la sala de ordenadores y a hacer los cursos, ahora está estudiando informática.

Un ama de casa, que no sabía nada de informática y que después de realizar algunos cursos ahora es toda una experta a la que su familia le consulta sus dudas y le gusta mucho crear sus propios vídeos…

La verdad es que es un trabajo muy gratificante, hay muchos casos bonitos, que te motivan a seguir con la formación y organización de nuevos talleres.

Mejorando las competencias digitales de la ciudadanía.

La labor de María Teresa Quílez en el Punto de Inclusión Digital de Tarazona de la Mancha es un ejemplo inspirador de cómo la tecnología puede ser un vehículo para la inclusión y el empoderamiento. Con su enfoque colaborativo y su compromiso con la comunidad, ha logrado impulsar el desarrollo de competencias digitales en personas de todas las edades y perfiles. Su dedicación y pasión por el aprendizaje han dejado una marca indeleble en la vida de quienes han pasado por su sala. Como verdadera agente de cambio, María Teresa continúa siendo un faro de esperanza y oportunidad en su localidad, demostrando que la tecnología puede ser un puente hacia un futuro más brillante y equitativo para todos.

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