Cómo ahorrar 40 euros con un click

Es lo que asegura George Goodman, director de Climate Savers Computing, una organización sin ánimo de lucro que promueve la informática sostenible. La CSV ha logrado que en los últimos cuatro años se hayan reducido las emisiones de CO2 en 45 millones de toneladas. “Solo las TIC producen el 2% anual del total de contaminación por dióxido de carbono; la cifra será del 2,8% en 2020”, asegura Goodman, uno de los ponentes del encuentro sobre impacto ambiental de las nuevas tecnologías que se celebró el 8 de mayo en Cosmocaixa. Goodman, que dirige la organización desde hace 18 meses, realiza una doble tarea: persuadir a las empresas de que modifiquen sus hábitos de consumo energético y persuadir a las personas mediante las redes sociales. Fundada en 2007 con el impulso de Intel y Google, la organización cuenta con más de 600 empresas adheridas a su causa. “Se muestran muy interesadas ya que lo que les proponemos les va a ahorrar dinero”, dice Goodman, sobre la relación que mantiene con compañías como Asus, Dell, HP o Red Hat, las cuáles han de someterse a ocasionales auditorías para “verificar si cumplen nuestros requisitos”. Apple no está en la lista porque, asegura, “no suele participar en esta clase de movimientos en grupo”. Tampoco está Facebook, apunta Goodman, quien menciona la campaña “Unfriend coal” (elimina al carbón de tu lista de amigos) impulsada por Greenpeace y que denuncia el uso de este recurso por parte de Microsoft, Amazon, Apple o la propia Facebook, entre otras. Este doctor en Psicología Cognitiva por la Universidad de San Diego reconoce que “uno de los mayores desafíos es convencer a la gente para que tome conciencia de sus hábitos”. Además de recomendar la compra de un equipo con el mayor nivel de ahorro energético, su objetivo es que la sociedad cambie su mentalidad con pequeños gestos como que “la gente configure sus ordenadores para que, cuando lleven cinco minutos sin usarlos, éstos ‘se vayan a dormir’”, en referencia a la hibernación que se puede configurar en el menú de energía de cualquier equipo. Goodman desaconseja los salvapantallas, “no tienen razón de ser”, dice, ya que consumen más que si el ordenador estuviera en suspensión. Lo cierto es que fueron ideados para prevenir que los monitores de tubo (CTR) se quemaran al proyectar una misma combinación de luces por un tiempo prolongado. Aunque en las pantallas de cristal líquido esto no ocurre, advierte que la retroiluminación de los portátiles es uno de los elementos que más consumen. Con todo, un portátil es preferible a uno de sobremesa. Rebajar el brillo del monitor, cerrar aplicaciones y desconectar accesorios que no se utilicen completan la lista de consejos para el ahorro. El futuro se presenta lleno de retos debido al descenso de las barreras de acceso a un iPad o a una Blackberry y al ‘boom’ del almacenamiento en la nube, que será el doble que el actual en cuatro años, según Goodman. “Tenemos que mejorar la eficiencia de las tecnologías no ya para reducir las emisiones sino simplemente para quedarnos donde estamos”. FUENTE: tecnologia.elpais.com