Vivir eternamente en las redes sociales: ¿es realmente posible?

Los muertos no publican fotos en Facebook. Todavía. Pero esto puede cambiar: algunos visionarios trabajan en perfiles online que “sigan viviendo” en las redes sociales tras la muerte de una persona.
Éstos podrán comentar, chatear y compartir contenidos de manera tan auténtica que los amigos no sean capaces de diferenciar entre muerto y vivo. La existencia física se cambiará por una digital. Pero no sólo eso: en algún momento en un futuro cercano se podrán “plantar” los perfiles en un nuevo cuerpo al que se descargará la conciencia digital.
El director estadounidense de documentales Bruce Duncan es uno de estos visionarios: ha fundado el Terasem Movement Foundation (TMF) con el objetivo de digitalizar por completo la personalidad de un ser humano y la opción de “revivir” después como androide. “Nosotros partimos de la idea de que esto será posible en algún momento, por lo que disponemos, en previsión de ello, de informaciones suficientes sobre los muertos”, dice Duncan.
Naturalmente, no será exactamente la misma persona de antes: “Cuando se escucha una grabación de un concierto en directo, tampoco es lo mismo que cuando uno está allí presente”, dice Duncan. “Pero es suficiente para reproducir la esencia del evento”. El primer paso para clonar la personalidad es el proyecto LifeNaut, una plataforma inspirada en las redes sociales en la que los usuarios pueden preparar su existencia online para la eternidad, que Duncan inició en el 2008 con la misma idea y que desde entonces se ha seguido desarrollando de manera constante.
Mientras los investigadores del Human Brain Project tratan de replicar el cerebro humano célula a célula en un ordenador, Duncan tiene una vaga idea para una fórmula basada en la información. En la práctica, eso se traduce en que, al igual que en Facebook, el usuario crea en LifeNaut un perfil. Uno escribe lo que le gusta y lo que odia, sube fotos, vídeos y documentos: los usuarios deben dejar a disposición de la red todo lo que pueda contener muestras de su personalidad. Mientras que en Facebook la comunicación y la diversión son lo primero, LifeNaut está relacionado con un extenso trabajo. Uno ejercita su avatar, aguanta un chaparrón de preguntas personales y chatea regularmente consigo mismo para familiarizar al avatar con sus propias capacidades retóricas.
Cuantas más informaciones posea LifeNaut, mejor funcionará. “Estimamos que un usuario debe introducir sobre 1.000 líneas de conversación para que su avatar actúe con sentido”, dice Duncan. “De media, esto dura de cinco a diez horas”. Una vez que se logra el alter ego virtual, otros usuarios pueden hablar con él, informa Die Zeit.
Quien suba una foto de sí mismo recibe un avatar que mueve la boca, los ojos y la cabeza al hablar, lo que se supone que demuestra más vida, aunque de momento sólo tiene un efecto un poco “acartonado”. El equipo de Duncan planea unir dentro de poco todos los perfiles con Twitter y Facebook, de donde se podrán ocupar los avatares del timeline y de tuitear de forma autónoma. Bina48, el avatar de Bina Aspen, cofundadora de Terasem Movement Foundation, está en activo desde mayo de 2010 en su Facebook. Tiene incluso una cabeza real de robot, una especie de busto, con el que uno puede hablar (aunque un poco a trancas y barrancas). El busto relaciona su personalidad con el perfil de LifeNaut.
LifeNaut, incluso, ofrece guardar material del ADN de sus usuarios para el caso de que la ciencia, en un futuro, pueda utilizarlo de alguna forma. “Después de que uno muera, en el futuro será posible, mediante la ectogénesis, crear un nuevo cuerpo a partir de su ADN de manera que la personalidad de uno sea instalada en ese cuerpo y pueda vivir allí para siempre”, se lee en la página web de la organización.
Además, la organización envía, según deseo, el paquete de datos completo como una señal al espacio exterior, para que también los extraterrestres puedan recibirlo. Los usuarios de LifeNaut deben confiar, naturalmente, en que los aliens no piensen en hacerse ricos vendiendo los datos de las empresas terrestres… Fuentehttp://www.marketingdirecto.com