Salud e higiene tecnológica: cómo mejorar nuestra relación con las tecnologías y practicar la desconexión digital.

  • Los beneficios de Internet, de la conexión y de la sociedad de la información son innegables. Han facilitado procesos y han cambiado y mejorado nuestras vidas.
  • Sin embargo, la desconexión es necesaria y sana, y construir entornos saludables y una relación amable y no dependiente con las tecnologías es una práctica que todos debemos poner en marcha.

Vivimos en la era de la conectividad, o como algunos lo llaman la 'hiperconectividad'. Hasta ese punto ha llegado nuestra necesidad de estar pegado a teléfonos, tablets, ordenadores... La inmediatez y rapidez con el que consumimos y actuamos en el terreno digital ha hecho que establezcamos en algunos casos (no pocos numerosos) una relación de dependencia poco sana. Necesitamos actualizar constantemente nuestras redes sociales, responder a mensajes en el instante o responder con celeridad al correo electrónico. Las TIC han pasado en un lapso de tiempo relativamente corto de tiempo de ser un instrumento auxiliar de nuestro día a día personal y laboral a ser la herramienta básica con la que desarrollamos nuestras rutinas profesionales y en un soporte indispensable de nuestra vida personal.

El ritmo de vida actual nos lleva a estar permanentemente conectados y disponibles. La respuesta instantánea que permiten las TIC y la actualización constante de nuestros ámbitos de interés nos lleva a esta situación de hiperconectividad. La permanente disponibilidad lleva a un elevado nivel de atención y de estímulos que, en ocasiones, pueden aumentar el nivel de estrés. Una situación poco recomendable para nuestra salud física y emocional y para nuestra vida personal, laboral y socio-familiar.

Una relación poco sana con las tecnologías en el terreno laboral se da en casos de trabajadores que no desconectan de sus responsabilidades laborales ni cuando disponen de su tiempo libre. Desde el salón de su casa, a horas no laborales, desde el chiringuito de playa o desde el vuelo que lo lleva a su destino de vacaciones, hay trabajadores que no saben o que no quieren saber la conveniencia de practicar la desconexión digital. Desde el ámbito personal, también pueden darse casos de relaciones con las TIC que deberían reorientarse: los pequeños de la casa (y los no tan pequeños también) pasan demasiadas horas jugando con dispositivos electrónicos y descuidan relaciones interpersonales basadas en el cara a cara, la compra online se convierte en compulsiva, el juego online acabar siendo patológico o los únicos contactos sociales que se trabajan son los que se dan en las redes sociales digitales.

Aunque son casos extremos, desde el ámbito psicológico comienza a hablarse de adicción o de dependencia. Pero antes de llegar a ese punto, podemos aplicar una serie de rutinas para evitar convertirnos en dependientes tecnológicos y establecer una relación saludable con las nuevas tecnologías, una problemática que es transversal, pues afecta a todos los perfiles y edades.

Algunas señales de alerta de nuestra relación con las TICs.

Mantener la higiene tecnológica requiere poner en práctica una serie de recomendaciones y de rutinas para mejorar nuestra relación con las TICs. Antes de llegar a una posible relación de dependencia que, en casos extremos, pueda llegar a una adicción, debemos estar alerta ante esta serie de señales o de conductas de comportamiento:

  • Descuidar el sueño. Dormir menos de 5 horas para estar conectado a Internet o para usar un dispositivo electrónico.

  • Descuidar actividades de nuestro día a día, como estudiar, trabajar o mantener activas nuestras relaciones sociales.

  • Recibir quejas de familia o amigos y de nuestro entorno social en general por el uso excesivo de la tecnología.

  • Sentir irritación si no hay conexión a Internet o si no tenemos acceso a nuestros dispositivos tecnológicos.

  • Intentar reducir el tiempo de conexión o de uso y ver frustrado este intento. Sentirse incapaz de estar menos tiempo en línea.

  • Negar o mentir sobre el tiempo en el que estamos conectados o usando dispositivos tecnológicos, ver cómo el rendimiento académico o laboral se ve mermado como consecuencia de nuestra relación con la tecnología y llegar a una situación de aislamiento social.

  • Sentir euforia, una situación de felicidad y activación cuando se está conectado.

Se trata de comportamiento fundamentales para identificar un uso poco sano o problemático de las nuevas tecnologías en general, y que hace referencia al uso de cualquier dispositivo, como el móvil, el ordenador, o los videojuegos.

Hábitos de higiene tecnológica: practicar la desconexión.

Antes de llegar a una situación de dependencia o de relación poco sana con las nuevas tecnologías debemos poner en marcha una serie de prácticas de control y de análisis del uso que hacemos nosotros mismos y nuestro entorno de la tecnología.

Cuando hablamos de los menores de la casa, nativos digitales que han crecido en un contexto 2.0, que se socializan, educan y aprenden con los dispositivos tecnológicos, que se relacionan y divierten a través de móviles, tablets y ordenadores, es imprescindible poner el foco en la educación. Padres, madres, docentes, tutores y familiares en general deben poner el foco en el deporte, la lectura, las actividades en grupo y al aire libre de los menores. Unas prácticas que deben ir acompañadas de una educación basada en la tolerancia a la frustración, el autocontrol o el desarrollo de habilidades sociales y de comunicación. Es imprescindible que los adultos sean capaces de fomentar las relaciones interpersonales de los menores, así como actividades de ocio offline. El control pasa limitar o implementar unos horarios de conexión, un remedio básico para mejorar la higiene tecnológica de los menores.

Estos principios de desconexión son igualmente aplicables en los adultos y la gestión de su tiempo de trabajo. La desconexión digital en empleados que desarrollan su labor profesional a través de las nuevas tecnologías a veces se convierte en un intento infructuoso. En vacaciones y en el tiempo libre se aconseja practicar esta desconexión que a veces se complica ya que nuestros dispositivos personales, como el ordenador o el móvil, están vinculados con las cuentas del trabajo por lo que responder a un correo electrónico de trabajo, o llamar o mensajear a un compañero está al alcance de la mano. Para evitar esta vinculación tecnológica laboral incluso en vacaciones puede ser interesante seguir estas pautas:

  • Planifica el trabajo de forma que durante tu tiempo libre o vacaciones no sea necesario trabajar. Para ello, practica la delegación: confía en compañeros que puedan suplir tu labor durante tus días de asueto y de esta manera no sea necesario tu conexión fuera de horario laboral.

  • Instaura rutinas en tu tiempo libre que te encanten.

  • Dedica tiempo, además de a actividades que te permitan desconectar, a tus familiares, amigos y seres queridos. Fuera de tu rutina y horario laborales es el momento de dedicar tiempo a quienes te rodean y potenciar la afectividad y las relaciones interpersonales.

En menores o en adultos, en el uso que hacemos para tareas laborales o de ocio, la desconexión es necesaria para alcanzar buena salud e higiene tecnológica. Así, no solo mejora la relación con las nuevas tecnologías y se hace más sana, también mejora la calidad del sueño, se reducen los niveles de estrés, mejora nuestra relación con las TIC y se hace más independiente, ayuda a mejorar nuestro rendimiento laboral y nuestras relaciones personales.

El uso de las TIC y su extensión a casi todos los aspectos de la vida requiere conocer cómo funcionan y cómo pueden ayudarnos en el desempeño de nuestro día a día. Hacerlo con salud e higiene tecnológica implica conocer las TIC, comprenderlas, analizarlas y sacar lo mejor de estas tecnologías. En el desarrollo de las habilidades y de las competencias digitales que se le exige al ciudadano digital de hoy día el Centro de Desarrollo de Competencias Digitales de Castilla-La Mancha, 'Bilib' tiene mucho que aportar. Ofrecemos el soporte necesario para el desarrollo del perfil TIC de la ciudadanía castellanomanchega, tanto personal como profesional, y el del tejido empresarial de la región y para la mejora del desarrollo de sus competencias digitales.

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